Siguiendo los pasos de alpinista de este romerito, al separar los dos romeros, decidí no frustar su aspiración a vivir descolgado de la pared y planté este ejemplar en estilo cascada.
Hoy, días después de esta foto, sus hojitas han perdido considerablemente su verdor y mucho me temo, sin consultar tan siquiera el oráculo, que no creo que pase de la Semana Santa.
¡Espero equivocarme!
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