Y eso que no me gusta coger cosas del campo, y mucho menos, arbolitos que crecen sanotes (Yamadori, que dirían los bonsayistas).
Pero este ejemplar estaba en medio de un proyecto humano llamado "remoledación y construcción de un parque". Y aunque habían intentado no dañar ningún árbol, éste se encontraba en bastante mal estado.
Según llegué puse las raíces en remojo y me dediqué a preparar la maceta, con algo de sustrato y arena de río, mayormente. No sin antes dar a las raíces una pincelada de enraizante, ya que le tuve que cortar dos raíces gruesas, y las que le quedaban, no tenían un sistema radicular muy desarrollado.
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