jueves, 4 de febrero de 2010

Transplante

Después de darnos, Rufi y yo, una vueltita por el monte, localizamos un ejemplar que crecía cerca de una zona rocosa y que en un corto periodo de tiempo, esa zona iba a ser atacada por la construcción.

Lo que hicimos a continuación fue lo siguiente: cavamos una zanja alrededor del árbol con cuidado de no dañar las raices y lograr sacar el máximo de cepellón posible. Una vez fuera de la tierra, metimos todo el cepellón con su tierra en una bolsa y nos lo llevamos. En casa teníamos una maceta, lo suficientemente grande para que nos cupiera el salgueiro.
Antes de meterlo en la maceta, le dimos un repaso a las raíces, podando las que eran demasiado largas, así como, la raíz pivotante, con vistas a que el bonsai no creciera mucho en altura en el futuro.
Una vez preparada la maceta (otro día vemos cómo se hace) pusimos el cepellón dentro y sumergimos toda la maceta en un cubo con agua, con el fin de asentar toda la tierra y que quedara humedecida en su totalidad.

Acto seguido le construí un mini-invernadero para que las hojas no perdieran humedad, y la situé en una zona con luz, pero sin recibir los rayos directos del sol. Así dos o tres semanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario