jueves, 4 de marzo de 2010

La higuera

Hacerse viejo y cumplir años tiene a veces sus ventajas. Tal es el caso de esta higuera que me regaló mi familia, que está toda en Salamanca (menos yo, que ando perdido en Valencia) y que aprovecho para mandar un saludo.


Estaba muy verde, como podéis observar, pero se fueron secando las hojas (y no creo que fuera por la llegada del Otoño, ya me entendéis, je, je). Aun así la voy a trasplantar ahora con la primavera, y a ver si brota de nuevo. Ponedme una vela a un santo y a ver qué pasa...

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